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Historia de la escritura

Los egipcios (2)

Los egipcios (2)

Aunque esencialmente divina, la escritura egipcia no estaba destinada sólo a expresar lo religioso. El gran número de monumentos y documentos hallados en Egipto han revelado, como sucedió con la escritura cuneiforma, múltiples aspectos de una civilización que había alcanzado un alto grado de desarrollo.
La escritura permitió a los antiguos egipcios registrar su propia historia: listar la secuencia de sus soberanos o referir los acontecimientos importantes, matrimonios reales y batallas. En Egipto, como en cualquier otro sitio, la historia nace con la escritura cuando los acontecimientos pueden ser ordenados por un cuadro cronológico. Con esto les sirvió para llevar una contabilidad, establecer normas jurídicas, y redactar contratos de venta de bienes o de matrimonio.

La escritura fue además el vehículo de una literatura de enorme riqueza en la que se dieron cita los géneros más diversos: las máximas morales, los himnos a los dioses y a los reyes, el relato histórico y la novela de aventuras, los cantos de amor, la poesía épica y las fábulas.
Entre los más conocidos monumentos literarios de la antigüedad figura el Libro de los muertos, escrito con jeroglíficos bajo la XIX dinastía de los faraones, es decir, en el siglo XIII a. C. Pero no hay que olvidar los textos de geografía y ciencia, ni los textos dedicados al arte de la adivinación, la magia, la medicina, la farmacia, la concina ni por supuesto a los que hablan de astronomía  o se refieren a la medición del tiempo. Por ejemplo, en astronomía el calendario lunar en sus orígenes, pasó a ser solar en el tercer milenio, fijándose la duración del año en 365 días y cuarto.

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