Los griegos
Hacia el siglo VIII a. C., mientras en Egipto se trazaban aún jeroglíficos y sobre las costas de Palestina se utilizaban, desde hacia más de dos siglos, escrituras "alfabéticas", más al norte, en Grecia, se hablaba una lengua muy diferente, que los alfabetos no podían transcribir. Para salvar la dificultad, los griegos tuvieron la idea, simple y genial, de importar del alfabeto arameo signos consonánticos ausentes en su lengua y utilizarlo para escribir sus vocales. Este breve resumen no da cuenta de todos los meandros de la historia, pero quedémonos con que hacia el siglo V a. C. existe ya el alfabeto griego, compuesto por veinticuatro signos o letras, de las que diecisiete son consonantes, y siete vocales. Se sabe también que las letras de ese alfabeto podían escribirse en mayúsculas, letras capitales, o en minúsculas. Por lo general las mayúsculas eran utilizadas para escribir sobre piedra, y las minúsculas para escribir sobre papiro o sobre tablillas de cera.
En efecto, los griegos habían inventado una especie de pizarra, estas tablillas recubiertas de cera a las que nos acabamos de referir, y sobre las que los escolares podían escribir con la ayuda de un punzón o un estilete, pudiendo también borrar para volver a escribir sobre ellas.
Al igual que los egipcios, los griegos utilizaron también en muchos trabajos de escritura un material de poco valor; la arcilla cocida. Entre los numerosos fragmentos hallados que testimonian este modo de escritura, destacan los ostraca, por los que hemos tenido conocimiento del ostracismo.
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