Blogia

Historia de la escritura

China (2)

China (2)

El pictograma, elemento primario y clave en todas las escrituras, subsiste en los caracteres chinos actuales. En casi todas las civilizaciones, el primer capítulo de la historia de sus respectivas escrituras es el mismo: para los antiguos chinos, como para los sumerios, los egipcios, los hititas o los cretenses, los primeros signos fueron invariablemente dibujos, pictogramas y combinaciones de pictogramas.
Algunos de ellos presentan incluso, pese a proceder de civilizaciones tan diferentes, un sorprendente parecido.

La escritura china obedece a una serie de reglas sutiles que hacen de ella un verdadero arte poético, aunque los pictogramas primitivos se fueron estilizando en seguida, todavía es posible encontrar huellas en ellos en los caracteres chinos actuales. Esta presencia del pictograma, aunque lejana, es suficiente para dotar a la caligrafía china de un poder poético notable; la capacidad para evocar la belleza es incluso mayor cuando lo que se escribe son combinaciones de caracteres: si al carácter "oreja", por ejemplo, se le añade el carácter "dragón", se obtiene un signo compuesto que significa "sordo".

Pero la característica más importante de la lengua y la escritura chinas consiste en que un único sonido puede representar, según la grafía que se utilice para su trazado, varias cosas. Así el sonido "shi" puede significar "saber", "ser", "poder", "mundo", "juramento", "dejar", "poner", "asunto", "amar", etc.
Todo ello viene a indicar que la escritura, más que la lengua hablada es el elemento básico de la unidad lingüística de China.

Cada carácter se inscribe dentro de un cuadrado y se compone de un elemento clave que da el sentido y de un elemento que se acostumbra a referir como "fonético" y que indica cómo debe hacerse la pronunciación. Los caracteres se caligrafían en un orden preciso: de izquierda a derecha en el lenguaje ordinario, pero de arriba abajo y de derecha a izquierda en el lenguaje culto y en la poesía.

China

China

En el otro extremo del mundo, dos mil años antes de nuestra era, China inventa una nueva escritura. Pese al largo tiempo transcurrido, sigue siendo la escritura que se usa en ese país.

La escritura china es un caso único: nacida hacia el segundo milenio antes de Cristo, codificada aprox. en el 1500 antes de nuestra era, y constituída en sistema entre el 200 a. C. y el 200 d. C., esta escritura es casi la misma que hoy en día. Es autóctona y siempre se ha mantenido fiel a sus orígenes.

Al igual que los egipcios, los chinos atribuyen un origen legendario a su escritura. Según la leyenda, hubo tres emperadores en el origen de la escritura. Uno de ellos, Huang-Che, se dedicó durante mucho tiempo a estudiar los cuerpos celestes y los seres naturales; las huellas de las ocas y otros animales le llamaron la atención. Después hizo el descubrimiento de la escritura.
Mucho más esclarecedor es el descubrimiento hecho en 1898-1899, tras la crecida de un afluente del río Amarillo. En algún lugar del valle, la corriente había exhumado algunos restos hasta entonces ignorados; cuando las aguas se retiraron pudieron ser hallados. Se trataba de fragmentos de escamas de tortuga y unos omóplatos de ciervo con inscripciones grabadas. Estos son los testimonios más antiguos de escritura china que se conocen.

Los egipcios (5)

Los egipcios (5)

Para dar respuesta a las necesidades de la vida cotidiana, el sistema jeroglífico dio paso a otras dos formas de escritura, derivadas de ella, pero que permitían una mayor rapidez. El dibujo de los jeroglíficos en el papiro exigía mucha paciencia y meticulosidad. Esto hacia que la escritura jeroglífica resultara inadecuada para las necesidades de la vida cotidiana. Los egipcios inventaron por ello una escritura "cursiva" poco más o menos al mismo tiempo que la jeroglífica. A esta escritura se la denomina también "hierática" o "sacerdotal" ya que en sus orígenes era utilizada por sacerdotes, y presenta los mismos caracteres que la escritura jeroglífica (ideogramas, fonogramas y determinativos), pero unidos entre sí, lo que conllevó una desfiguración progresiva de los dibujos originales.

Hacia el 650 a.C y sin que la escritura jeroglífica y la "hierática cursiva" quedaran olvidadas, apareció una nueva cursiva más clara, rápida y sintética y que se leía , como la escritura hierática, de derecha a izquierda; es la llamada escritura "demótica" o popular, la cual acabó siendo la escritura corriente en Egipto.

En la famosa piedra Rosetta, gracias a la cual Champollion pudo desvelar el secreto de los jeroglíficos, figura el mismo texto en jeroglíficos, demótico y griego; para el profano, el reconocimiento de los jeroglíficos originales en los caracteres demóticos resulta imposible. Afortunadamente tenemos hoy restos de esa escritura primitiva: en el copto no sólo ha sobrevivido la lengua que hablaron los antiguos egipcios, sino que en su escritura encontramos también restos del antiguo demótico, restos fragmentarios pero suficientes para su reconstrucción.

Los egipcios (4)

Los egipcios (4)

Hace cinco mil años, los escribas  utilizaban ya la hoja, la tinta y la pluma.

El papiro es una planta que crece con facilidad en las zonas pantanosas del valle y el delta del Nilo. En la antigüedad, los egipcios la utilizaban para fabricar numerosos objetos cotidianos. Pero con sus tallos fibrosos supieron fabricar "la hoja", un nuevo material soporte que iba a revolucionar el mundo de la escritura. Este material se obtenía cortando el tallo en tiras largas y delgadas, colocándolas unas al lado de las otras y montando cada una encima de la anterior; superponiendo luego en disposición cruzada dos de las capas así formadas, dejándolas secar por presión y puliéndolas luego. Encolando con engrudo de almidón una veintena de estas láminas se obtenía una larga hoja de varios metros de longitud que se recogía enroscándola sobre sí misma hasta formar un rollo.

Para escribir, el escriba sostenía el rollo con su mano derecha y, haciéndolo girar lo desenroscaba al mismo tiempo que con la otra mano lo recogía de nuevo. Para trazar los signos se valía de un segmento de caña. La tinta, negra, densa y resistente se hacía con hollín y agua. Títulos, encabezamientos y comienzos se escribían con tinta roja, hecha con polvos de cinabrio o de minio.

El papiro se exportó a partir del tercer milenio antes de nuestra era hacia todos los lugares de la cuenca del Mediterráneo. Aunque esto supuso grandes ingresos, de fronteras hacia dentro, este monopolio tuvo efectos gravosos sobre el coste del papiro.

La piedra calcárea y la arcilla cocida, más baratas, bastaban para las inscripciones de menor importancia. En cuanto al cuero, ya conocido por los antiguos egipcios, pero más caro aún que el papiro, estaba estrictamente reservado para los textos de gran valor.

Los egipcios (3)

Los egipcios (3)

Para los egipcios, al igual que en Mesopotamia, saber leer y escribir era sin duda un privilegio y un poder al mismo tiempo. Los escribas no sólo eran personas expertas en el arte de la escritura sino también maestros. El aprendizaje de aquellos que se iban a dedicar al arte de dominar la complejidad de la escritura jeroglífica era arduo. Hacía los diez años de edad los niños ingresaban en la escuela y permanecían en ella unos pocos años y sólo los más dotados prolongaban sus estudios hasta alcanzar  la edad adulta. El método de los maestros egipcios consistía en ejercicios de lectura y de memoria.

El arte de la escritura era aprendido a fuerza de copias y de dictados, primero en cursiva y luego en escritura jeroglífica. Si otorgamos credibilidad a ciertos proverbios egipcios podemos pensar que los castigos físicos eran una práctica frecuente y eficaz.

Los escribas constituían una casta poderosa; el dominio de la escritura les hacía a veces tan poderosos como el faraón para el que trabajaban, especialmente cuando éste, contento de ser un dios, renunciaba a aprender a leer, a escribir y contar.

A diferencia  de sus homólogos mesopotámicos, los escribas egipcios disponían de varios materiales de soporte. Usaban desde luego piedra para grabar los jeroglíficos, pero también papiro, un material flexible, delgado y más manejable.

Los egipcios (2)

Los egipcios (2)

Aunque esencialmente divina, la escritura egipcia no estaba destinada sólo a expresar lo religioso. El gran número de monumentos y documentos hallados en Egipto han revelado, como sucedió con la escritura cuneiforma, múltiples aspectos de una civilización que había alcanzado un alto grado de desarrollo.
La escritura permitió a los antiguos egipcios registrar su propia historia: listar la secuencia de sus soberanos o referir los acontecimientos importantes, matrimonios reales y batallas. En Egipto, como en cualquier otro sitio, la historia nace con la escritura cuando los acontecimientos pueden ser ordenados por un cuadro cronológico. Con esto les sirvió para llevar una contabilidad, establecer normas jurídicas, y redactar contratos de venta de bienes o de matrimonio.

La escritura fue además el vehículo de una literatura de enorme riqueza en la que se dieron cita los géneros más diversos: las máximas morales, los himnos a los dioses y a los reyes, el relato histórico y la novela de aventuras, los cantos de amor, la poesía épica y las fábulas.
Entre los más conocidos monumentos literarios de la antigüedad figura el Libro de los muertos, escrito con jeroglíficos bajo la XIX dinastía de los faraones, es decir, en el siglo XIII a. C. Pero no hay que olvidar los textos de geografía y ciencia, ni los textos dedicados al arte de la adivinación, la magia, la medicina, la farmacia, la concina ni por supuesto a los que hablan de astronomía  o se refieren a la medición del tiempo. Por ejemplo, en astronomía el calendario lunar en sus orígenes, pasó a ser solar en el tercer milenio, fijándose la duración del año en 365 días y cuarto.

Los egipcios (1)

Los egipcios (1)

La palabra "jeroglífico", que designa los caracteres de la escritura egipcia, significa "escritura de los dioses".
Los primeros documentos con inscripciones jeroglíficas se remontan al tercer milenio antes de Cristo, pero al parecer este tipo de escritura existía ya con anterioridad. Durante casi 3.000 años la escritura jeroglífica no conoció otro cambio que el incremento progresivo de sus signos: de unos setecientos al principio pasó a unos cinco mil en el momento de la ocupación romana.

Los egipcios concibieron un sistema gráfico que resultó ser más expresivo que el sistema de los sumerios. La originalidad y la complejidad de esta escritura se deben, en definitiva, a que está constituída por tres clases de signos: pictogramas, dibujos estilizados que representan cosas o seres, y combinaciones de signos que representan ideas; fonogramas, los mismos dibujos que antes u otros diferentes, pero qeu representan sonidos (los egipcios utilizavan, poco más o menos, los mismos procedimientos jeroglíficos que los antiguos sumerios); y finalmente signos determinados, que permitían saber de qué categoría de cosas o de seres se estaba tratando.

Cuando se comienza a descifrar la "escritura de los dioses", al placer de comprender se añade el de contemplar, este sistema gráfico es una escritura, pero esta dotado de una belleza tal qeu bien merece el título de "escritura de los dioses". En general los nombres de los dioses y de los faraones, que son considerados como dioses, figuran en los textos rodeados por un trazo con el que se destaca su carácter sagrado.

Los acadios

Los acadios

Los acadios, antepasados semíticos de los árabes y de los hebreos, acabaron por dominar toda Mesopotamia. Hacia el año 200 a. C. ya no se hablaba en toda la región más que el acadio. La escritura cuneiforme llegó a ser entonces una escritura verdadera, capaz no sólo de transcribir la lengua acadia sino también la antigua lengua sumeria, convertida ahora en lengua sagrada (igual que el latín en nuestra lengua).
Desde el año 1760 a. C., y tras la caída del imperio asirio, esta escritura iba a convertirse, en las regiones del norte, en la escritura porpia del imperio babilónico cuya expansión empezaba a producirse en este momento.
La escritura cuyo humilde nacimiento estuvo ligado a cimples necesidades contables pasó a ser de unas simples "muletas para la memoria" a un procedimiento que permitiría la fijación, en parte, de la lengua hablada. Pero la escritura apareció sobre todo como un nuevo procedimiento de comunicación e incluso de pensamiento y expresión.
Entre las mil y una aplicaciones notables que la escritura cuneiforme pudo recibir, podemos mencionar la transcripción de los himnos religiosos, las fórmulas adivinatorias, y lo que ya podríamos denominar literatura.

El Jeroglífico

El Jeroglífico

Hay muchas cosas que son extraordinarias en el mundo de la escritura, como por ejemplo los signos que los escribas imprimían en tablillas de arcilla blanda y luego las dejaban secar al sol, fue un paso muy importante porque hacían estas figuras con formas que designaban cosas o seres. Un progreso decisivo consistió en hacer que los signos se refirieran a los sonidos de la lengua hablada.

En el origen de la escritura -la verdadera- se encuentra un elemento imprescindible: el fonetismo. Los sumerios, al igual que los antiguos egipcios, consiguieron organizar este sistema mediante un simple procedimiento que lo llamaron jeroglífico. Unos y otros tuvieron la idea de servirse del pictograma para designar, no ya el objeto que se representa en un modo directo, sino otro objeto cuyo nombre sea fonéticamente parecido a su nombre.

Por ejemplo, el pictograma sumerio de la flecha "ti" designaba "la vida" que se pronunciaba igualmente "ti". Pero los jeroglíficos egipcios representaban un un dibujo, por ejemplo, una cara y una col y no trataban de reflejar ni un rostro ni un tipo de hortaliza, sino un molusco: cara-col, era un sistema más simple.

El fonetismo, en su dilatado desarrollo a lo largo del tiempo, llegó a elaboraciones muy complejas. Los escribas ldebieron introducir, a partir de cierto momento, signos "clasificadores" para que el lector supiera si el signo trazado se refería a un objeto o a un sonido.

El arte, padre de la escritura

Podemos afirmar que desde el principio de la existencia del hombre he sentido siempre una necesidad de expresar de forma gráfica sus impresiones e ideas.En la época del hombre paleolítico, éste labró sus sencillos instrumentos y armas, las decoró con pinturas que representaban los animales que veían y cazaban. No podemos reconocer como escritura, o más bien dentro del campo de la escritura, las pinturas pero sí podemos hacerlo cuando, por ejemplo, la persona dibuja algo en su lanza para que se reconozca que pertenece a esa persona.Por tanto, el arranque de la escritura no es otro que el dibujo, pero la escritura evolucionó cuando el hombre se dio cuenta de que su invento de utilizar un signo para cada cosa no era del todo útil, por tanto, imaginó atribuir a cada signo, no la representación del objeto o la idea original, sino la del sonido que este objeto e idea tenían en el idioma hablado o, a veces, el sonido de su primera sílaba.Ejemplo: soltero palabra “sol”, palabra “té” y palabra “Rosa”. Así escribiríamos nosotros la palabra “soltero” aplicando el sistema de los primitivos fonogramas.Empezó a escribirse mediante símbolos representativos de sonidos que no habían de tener necesariamente un significado. Los signos fueron desarrollando su trazado y alejándose cada vez más de las primitivas imágenes separándose los conceptos de escritura y dibujo.

Serán los sacerdotes egipcios quienes llegarán a poseer un sistema aún más perfecto: se pasará de la sílaba a la letra. Los Fenicios prescindirán del sonido vocálico de un cierto número de los viejos caracteres silábicos, que pasarán a convertirse en articulaciones consonánticas y crearán un alfabeto de consonantes llamado "alfabeto" y lo divulgarán intensamente entre los distintos pueblos con quienes entren en contacto.

Introducción

La escritura fue un invento que transformó nuestro mundo. Es importante porque sirve para saber cómo piensan y qué hacen las personas del presente y del pasado.

Los sistemas de escritura tienden a ser conservadores, incluso no faltó en sus orígenes la atribución de ser un regalo de los dioses. Todo cambio o modificación ortográfica plantea grandes dudas, e incluso en los congresos de lingüistas que se plantean la necesidad de reformar la ortografía para eliminar pequeñas incoherencias, existen grandes resistencias para llevarlo a cabo, y es difícil llegar a acuerdos y compromisos.

La escritura, en el sentido moderno de la expresión, apareció alrededor del año 4.500 antes de nuestra era, en Mesopotamia, hacia la misma época en que surgieron las ciudades y las necesidades administrativas, dos de las principales condiciones necesarias para su emergencia.
Después, desde los signos cuneiformes a los jeroglíficos, de los caracteres chinos a los glifos mayas, cada época y cada cultura ha buscado sus propias respuestas a las necesidades de la comunicación escrita, siguiendo sus propios enfoques más o menos originales e ingeniosos. Algunos sistemas de escritura transcriben únicamente los significados, otros --como el alfabeto-- sólo los sonidos, mientras que unos terceros combinan ambos principios. E incluso hay nuevas escrituras que continúan viendo la luz día a día, como por ejemplo las que sirven para transcribir las lenguas africanas.